Reposter@s que no entramos a Deja sitio para el postre

Timo en el casting de "Deja sitio para el postre"

Hoy, miércoles por la noche, ya ha pasado un día desde que volví de Madrid, y ya estoy más tranquila para poder expresar todo lo que me pasó antes, mientras y después del casting para el programa “Deja sitio para el postre”, y todo lo que sentía y siento respecto a lo sucedido.

Yo no he visto, y sigo sin haber visto el anuncio en la tele del programa, y fue mi hermano, quien sabe de mi pasión por el mundo dulce, quien me animó a participar. Y así lo hice, me inscribí y mandé la foto que me pedían. Una foto de un flan de piña, nada del otro jueves, pero yo no conocía el nivel que pedían en el programa y no quise mandar una foto de algo muy elaborado. Pasaban los días y mi foto no la veía publicada ni el web del programa ni en twitter.

Por ello mandé un mensaje quejándome por el tema de las votaciones a la foto más retwitteada y me dijeron que no me preocupara que ya más o menos lo tenían claro, aunque no estuviese publicada. Y así fue, unos días más tarde me llamó una “redactora”, Lola, a la que sigo sin conocer en persona. Me llamó un lunes para pedirme que le mandara fotos de más elaboraciones mías, fotos mías de cara y cuerpo, un video preparando un postre, y un cuestionario que me enció, con preguntas de lo más variopintas, pero ya me había hecho ilusión y no dudé en mandarle todo lo que me pedía. Unas semanas más tarde, un martes por la tarde, me llama para comunicarme que estaba seleccionada para el casting. Estaba más emocionada ella que yo. Me informaba de que el lunes tenía que estar en Madrid, sin un lugar todavía determinado, y con una hora aún no concreta, llevando mi postre hecho. Pregunté por el tema del transporte y el alojamiento, ya que yo vivo en Castellón, y me contestó que eso corría de mi parte, “por supuesto”; que si iba a ir acompañada o sola, y le confirmé que iba sola y me dijo “¿sola?”, como si todo el mundo pudiera parar el mundo de sus familiares y amigos y desplazarse a Madrid un lunes, pero en fin, cuando llegué a casa se lo comenté a mi marido y empecé a buscar medio de transporte y alojamiento. Me mandaron un email en el que me comentaban un poco las “bases” del concurso, que llevase chaquetilla, si tenía, un par de camisetas tipo termolactil, y que no se tendrían en cuenta aspecto, personalidad,… de la persona. Pero, en mi caso, y por lo que me enteré en la cola del casting, me faltaba por recibir otro email, en que informaban de las fechas del casting, las fechas de grabación del programa, el jurado, el tipo de programa que era, que no era de convivencia, etc.

 El viernes por la mañana, esperando todavía el lugar concreto, mando un email a Lola para preguntárselo. Por la tarde me llama y me confirma que es en la Plaza España de Madrid a las 9 h el lunes 11 de noviembre. Que me mandará un email para que quede constancia, y así fue. Desde que me llamó el martes para confirmarme mi asistencia al casting, estuve pensando en qué hacer, como presentarlo, como llevarlo a Madrid, que técnicas e ingredientes podrían aguantar… siempre pensando en que el programa era para amateurs. Pero ya cuando llegué a la Plaza España supe que no tenía nada que hacer, ya que entre tartas fondant, sifones, neveras XXl e incluso una bombona de nitrógeno el nível no era de amateur. Además, también minó un poco mi moral, una carta que leí en un blog, el monstruo de las galletas (http://www.elmonstruodelasgalletas.com/2013/11/08/deja-sitio-para-el-postre-o-como-ser-esclavo-en-el-siglo-xxi/), creo que se llama, al sentirse engañado y que le olía a chamusquina todo el tema, y ya me dio a mi también qué pensar, pero quise seguir adelante, sobre todo, y eso sí que es verdad, por vivir la experiencia y conocer gente tan maja, simpática y comprensible como Mariona, la primera persona a la que conocí junto con su marido, a Diana y a María, que las conocí pasando frío en la plaza, y más tarde a Vanessa, que con sus padres hacían la espera más agradable.
Estoy decepcionada conmigo misma por haber hecho algo tan tan sencillo y poco arriesgado, ya que yo sé que puedo hacer algo mejor y mejor presentado, pero me imagino que ahí estaba la falta de información, no querer pecar de pretenciosa, etc… Quise pedir consejo a varios compañeros del curso que hice de Repostería, a mi docente… Tenía una idea, pero era difícil materializar para poder viajar y que llegase todo en perfectas condiciones, pero lo de perfectas condiciones con esas instalaciones y descontrol en la organización era harto complicado. Una vez entré en el salón de emplatado, cada vez me sentía más y más pequeña y tenía una vergüenza que para que contar. Veía cada postre a cada cual también más majestuoso, elaborado, decorado, profesionales del sector y gente muy preparada. TARTA DE QUESO AL HORNO CON FRAMBUESAS. Me comentaron que estaba buena, pero que se esperaban más de mi y querían algo más espectacular en el tema de la decoración. Cómo pueden decir que se esperaban más de mi si no me conocen? La verdad es que me faltó un poco más de tacto, profesionalidad y saber ser personas, tanto el jurado que me tocó a mí, que no era el mismo para todos los participantes, como el staff del programa. Mi odisea empieza el domingo a las 23:45 h en la estación de autobuses, camino a Madrid. Llegué a las 5:20 h, hasta las 9 h que tenía que estar en Plaza España, pues… frío, cansancio, postres perdiendo frío, texturas…

Llego a la Plaza España, y al ver la basura sin recoger por la huelga ya no me pareció un sitio correcto para el casting, pero… Desde las 9 h que te convocan hasta las 10:30h más o menos que llega la presentadora para grabar la entradilla del programa, frio, cansancio, más de lo mismo, pero eso a ellos no les importaba, querían cuánta más gente mejor. Una vez grabada, después de varias tomas, nos dirigen al hotel Mercure para comenzar con el casting. Pero se ven tan desfasados de la gente que allí nos encontramos, que deciden mandar a casa a los de Madrid, Toledo y alrededores para que vuelvan al día siguiente después de unas horas de cola. Luego hacen otro subgrupo, que no se en que se basan para que unos sigan allí, y otros, como yo, que volvamos a las 19 h. Menos mal que tenía una habitación en un hostal, comí y descansé un rato. Eché un vistazo a mi postre y me tocó comprar frambuesas nuevas porque las que me había llevado en almíbar, se habían echado a perder. Mal seguía el día, pero… Una vez llegué al hotel, me encontré con gente que aún no habían entrado a que el jurado viera sus postres de los participantes que se habían quedado a mediodía. Entré en el salón después de que me dieran número, el 144, y firmara, por supuesto, la cesión de los derechos de imagen, pero el jurado no vio mi postre hasta las 22 h. Total para nada. La próxima vez, si la hay, me llevo la casa a cuestas para hacer un trabajo que les deje sin palabras, aunque eso tampoco sirva para nada, porque allí había gente a la que le decían que o eran muy profesionales, o eran muy amateurs. Así por lo menos me quedaré a gusto con el trabajo presentado. Quiero pasar página cuánto antes y pensar que sólo ha sido una pesadilla, y que me quedo con la amistad de las personas que he conocido, así como del grupo que se ha creado en facebook y en watssapp. Me quedo aquí, porque si sigo escribiendo… mejor dejarlo aquí. Gracias.